09 febrero 2008

John Rambo

Te has lucido, Stallone. Y no es un piropo.
No es costumbre escribir críticas cinematográficas aquí, pero qué mejor momento que ahora que ha vuelto un héroe mítico del cine a las pantallas, a la espera del otro en mayo. Sobre el éxito de la película, Stallone comentaba que hay muchos jóvenes que no vieron las películas anteriores en el cine y tenían interés por ver esta nueva entrega en pantalla grande. Yo soy uno de esos que no tenía edad para haber visto la saga en el cine y he ido a ver esta nueva entrega. Y me ha dejado un gusto amargo.

Como supongo que opinará la mayoría de los que gusten del cine de acción, la primera de la saga es excelente y las otras dos decayeron bastante. Aún así, la segunda y la tercera tenían sus cosas interesantes si eliminamos la estúpida carga política que se fué introduciendo. La más espectacular y fantástica pero más evitable en cuanto a dicha carga fue la tercera, que incluso tenía una dedicatoria de la que se habrán arrepentido. Stallone quería hacer lo contrario en esta cuarta parte en cuanto a lo fantástica que fue la tercera, pero la cuestión política la ha aumentado. La tercera parte era como un juego en donde Rambo campa a sus anchas con munición infinita y esta cuarta entrega debía ser algo parecido, pero es todo lo contrario. Muy limitado en demasiadas cosas. Por cierto, gran juego que se realizó de aquella tercera parte. Empezaba con: "Rescata al coronel Trautman", y luego a recorrer habitaciones con una pegadiza musiquilla.

John Rambo, regreso al infierno denuncia la situación en birmania que introduce con noticias, como si fuera un documental, cosa que a quien va a ver Rambo ni le va ni le viene. Seguramente hubiera sido mejor una explicación simultaneandola con la aparición de los misioneros y sus intenciones de ir a llevar medicamentos y demás a una aldea.
Primero Rambo no quiere llevarles al lugar, y después sí. Le convencen demasiado rápido. Se ve que la chica le mola o algo, porque tanta facilidad sorprende. Quien ha visto las anteriores sabe que casi ni Trautman es capaz de convencer a Rambo, y que seguramente era la única persona a la que le podría hacer caso, aparte de ser su "única familia". Este personaje no aparece por haber fallecido el actor que lo interpretaba, Richard Crenna. Es un gran vacío que pesa bastante en el desarrollo. Quizá hubiera venido bien alguna visión retrospectiva de la muerte del coronel Trautman para llenar ese vacío y entender la agonía de Rambo. Así se clarificaría que cualquier razón es válida para cerrar el círculo de una vez por todas, y no una simple pesadilla retrospectiva de las entregas anteriores. Parece que había demasiadas prisas en demasiados aspectos de la película, o que Stallone no quería escribir mucho guión, porque es el más corto de toda la saga.

O quizá Stallone se sentía solo, al igual que su personaje. Se ha estrenado esta entrega 20 años después de la última, con lo que mientras tanto han fallecido Crenna y el compositor Jerry Goldsmidth. El sustituto sólo ha cumplido con la banda sonora, que parece ser la misma de la primera con muy ligeras variaciones. Tampoco le han producido Andrew Vajna y Mario Kassar como era la costumbre. Se ha tenido que hacer todo él. Productor, director, guionista, protagonista... Al empezar la película casi que sólo sale él en los créditos. Esos logos de comienzo tampoco son lo mismo: Carolco no sale, la tipografía del título RAMBO no es la misma... Detalles distintos, pero la esencia perdura: Rambo es Rambo. Aunque algo descafeinado y no por la edad.

Rambo no actuará solo esta vez. Ayuda a un grupo de mercenarios que le servirán de apoyo para rescatar a los misioneros que transportó (con esto ya está todo el guión). No cuenta con su cuchillo de siempre, sino con uno nuevo que se fabrica él mismo. No tiene equipo, no tiene armamento. Sólo tiene el arco, pero las flechas explosivas son sólo un recuerdo, y no pilota ningún tipo de vehículo más que la simple barcaza de transporte.

Las escenas de acción son extremadamente violentas. Decían en los telediarios que esta película era "el retorno de la saga gore" demostrando que hablaban de lo que no conocen, aunque si es cierto que esta parte es fuerte. En "Salvar al soldado Ryan" aparecían escenas fuertes de lo que representa una guerra, de una manera no escenificada así antes, y Stallone aquí va por ese camino, corregido y aumentado. Parece haber un cierto exceso, por el hecho de que Rambo siempre ha eliminado un número exagerado de enemigos, pero no parece buscar sacar más de lo que toca, como harían otros directores como Verhoeven, sino la realidad de una guerra en toda su crudeza. Y vaya si lo hace.

Es una película de acción que no responde a los parámetros actuales, aunque sí tiene muchos tópicos. Hay chica de la película pero no en el sentido corriente, hay malo maloso bien destacado, no hay secuencia erótica ni sexo, hay persecución pero no es la típica y hay una explosión que ni la de la jungla 3.

Tras una hora y casi media, entretenida excepto los minutos iniciales, cuando esperas más Rambo, llega un repentino y absurdo final que deja frío. ¿Volver a casa? ¿De sus padres? ¿Qué padres? Menudo resbalón, Sylvester.

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